Real Madrid Castilla 1 – Real Mallorca 2 || Cómo cargarse un partido

Yo, les juro, no suelo creer en conspiraciones, manos negras, villaratos y demases. Pero si lo de los árbitros con el Castilla tradicionalmente no ha sido una historia de amor -ni siquiera de respeto- este año cualquiera diría que la presencia del filial madridista no es muy deseada en la Segunda División.

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Recordemos que la temporada empezó con una serie interminable de errores arbitrales que incluso obligaron a la televisión oficial a quejarse en forma de vídeo. La protesta surtió su efecto, y a partir de ese momento vimos unos arbitrajes más equitativos -e incluso uno clamorosamente parcial a nuestro favor, como el sufrido por el Real Murcia en el Di Stéfano-. Últimamente, sin embargo, parece que estamos volviendo paulatinamente a la situación inicial, con faltas que parecen tener distinto rasero según el que las reciba vista o no de blanco. Y la expulsión de William José hoy, a los diez minutos de iniciarse el partido, nos hace temer que esto sea lo que los espera de aquí a finales de temporada.

A pesar de la vuelta de Raúl de Tomás tras su sanción, Díaz decidió premiar a William José tras su espectacular hat-trick frente al Recreativo de Huelva otorgándole la titularidad en detrimento del canterano. Por lo demás se mantenía el XI habitual con Pacheco, Quini, Llorente, Cabrera, Noblejas, Omar, Aguza, José Rodríguez, Lucas, Burgui y el citado William.

El partido pintaba bien para el Castilla, que venía de firmar una racha de cinco partidos sin perder y de conseguir una victoria a domicilio frente a uno de los cocos de la división. En los primeros minutos, ya se evidenciaba que los de Díaz habían salido decididos a llevarse los tres puntos. William José con un disparo avisó a Miño en el 3’. El Castilla se mostraba cómodo sobre el terreno de juego, con el trivote funcionando con su soltura habitual, y unas bandas en las que destacaba Lucas Vázquez, implicadísimo -como siempre- tanto en defensa como en ataque.

Fue entonces cuando se produjo el lance que habría de cambiar el partido; el error arbitral que echaría a perder el trabajo de toda una semana de unos chicos y un entrenador que luchan, contra viento y marea, por alejarse del descenso. William José, que se marchaba con el balón controlado, recibe una falta de Agus, al que al tambalearse propina un involuntario codazo. Inmediatamente William cae al suelo. Agus, sin embargo, se mantiene en pie hasta que percibe que está sangrando, momento en el que el ex jugador castillista, en uno de las más vergonzosas simulaciones que haya podido ver, cae al suelo fulminado para intentar provocar la tarjeta del brasileño. El árbitro al ver la sangre pica, y William José pasa a integrar la amplia nómina de jugadores del Castilla del ayer y de hoy que son expulsados por recibir falta. Corría el minuto 13 y el señor soplapitos acababa de cargarse un partido que había empezado muy de cara para los locales.

Después de la expulsión, el Castilla, aturdido, se echó atrás comprensiblemente, viéndose unos minutos de dominio del Mallorca. Dominio que sin embargo el Castilla, en una lección de orgullo -una más- se sacudió rápidamente para empezar a recomponer líneas. José Rodríguez asumió un rol más adelantado, dejando a Aguza y Omar el completo mando del mediocentro. De los pies de José vendría una gran oportunidad en el minuto 32, pero tras una gran jugada en el área no pudo rematar el balón. Poco después, el filial obligaba a intervenir a Miño. Como parecía que el Castilla se estaba sobreponiendo magníficamente a la expulsión, o quizá por algún motivo lógico que a nadie le quedó claro, en el minuto 35 Sergio Aguza recibía una incomprensible amarilla que dejaba al perro de presa de la medular apercibido para el resto del encuentro. La primera mitad acabó con un ligero asedio del Mallorca, sin llegar a encontrar la meta defendida por Pacheco.

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Pero si pensábamos que lo habíamos visto todo en la primera mitad, la segunda nos dejó la sensación de que, en nuestra escalada del pozo, alguien se va a encargar de colocarnos un lastre en las piernas.

Tras una ocasión de Aguza, José Rodríguez recibía -merecidamente, esta vez- la amarilla. Unos minutos después, al Mallorca le anularon un gol, acertadamente, por fuera de juego. En el minuto 59, ese filial que había jugado con 10 casi todo el encuentro, y que aún así no había dado la sensación de ser inferior en ningún momento, pareció culminar la gesta gracias a un rechace que Lucas, siempre oportuno, fusiló sin piedad. El Real Madrid Castilla se adelantaba heroicamente en el marcador, después de una gran jugada entre Javi García-Noblejas -espléndida temporada la que está cuajando- y Sergio Aguza.

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Casi inmediatamente después, Burgui se retiró cojeando por una entrada -que, obviamente, no vio ni amarilla- dejando su puesto a Jaime. Aunque no había sido un partido especialmente brillante del de Burguillos, el exceso de individualismo de Romero demostró que Burgui aporta mucho más de lo que se percibe a simple vista. Cabrera tendría la ocasión de poner el segundo gol en el marcador tras un balón bombeado al área, y en el 74′ Díaz decidía retirar al tarjeteado Aguza para refrescar el centro del campo con Torró.

Estaba a punto de empezar la última parte del sainete, pero no lo sabíamos. Una caída de Lucas en el área -de la que no vimos repetición, por lo que no podemos opinar- se vio seguida por sendas ocasiones del propio Lucas y de un muy individualista Jaime Romero que prefirió probar suerte cuando tenía a José Rodríguez solo para rematar. Nos acabaríamos arrepintiendo de perder esa ocasión clarísima.

El Castilla había llegado al tramo final ganando con 10, y nada incansable ya a punto de rozar la orilla. Tres minutos después, el Mallorca volvía a marcar en fuera de juego, sólo que esta vez el árbitro sí lo concedió. Y al filo del tiempo legal, otro gol bermellón -un auténtico golazo, todo hay que decirlo- precedido de un corner dudoso.

No sabemos si por maquillar o por remordimiento, sí se pitó un claro penalti a Lucas Vázquez en el minuto 91. Miño paró el lanzamiento de Omar y aseguró unos 3 puntos que su equipo no mereció en ningún momento.

Los aficionados del Castilla podemos sentirnos orgullosos de la actitud mostrada por los nuestros, y también temerosos de los arbitrajes que sufriremos de ahora en adelante. Por lo pronto el Castilla queda un punto por encima de un apretado descenso, y con un calendario de infarto. En nuestro próximo partido, contra la Ponferradina a domicilio, nos tocará dar otra lección de madurez. Esperemos que, esta vez, el árbitro de turno no decida cargarse el trabajo de otros.

Imágenes: Realmadrid.com

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